Cuando los españoles clausuraron su fuerte colonial en St. Maarten en 1648, algunos soldados daneses y franceses se ocultaron en la isla y decidieron compartirla. Poco después, Holanda y Francia firmaron un acuerdo formal para dividir St. Maarten en dos, situación que se prolonga hasta hoy. Philipsburg exhibe su herencia holandesa en su arquitectura y paisajismo. La isla depara interminables playas y fantásticas oportunidades de compra.